Un británico de 72 años fallecido en un incendio, fue enterrado junto a su móvil en cumplimiento de su último deseo, que era que le llamasen sus amigos una vez que estuviese dentro del féretro.
George Ball dejó dicho antes de morir que su servicio fúnebre sólo podría celebrarse si no respondía a la llamada, pues sólo así se demostraría que no estaba gastándoles una broma.
Cientos de personas asistieron al funeral del hombre, soldador de profesión, en la localidad inglesa de Bradwell. Helen Kara, que dirigió la ceremonia, no religiosa, explicó a los congregados que uno de los amigos del difunto le había preguntado una vez qué debían hacer con él cuando muriese.
A lo cual George respondió: "puede poner mi teléfono móvil en el féretro y llamar a ese número y entonces yo me levantaré y diré "hola" y todo habrá sido una broma".
Un miembro de la congregación llamó entonces al número del difunto, que sonó dentro del féretro, pero sin obtener respuesta, por lo que se decidió continuar con la ceremonia.
Stripper en velatorio.
Quien dijo que un entierro tiene que ser una ceremonia triste y llena de pena y pesar? Bueno, normalmente suele ser así pero... en algunas ocasiones sucede todo lo contrario. O al menos esa fue la intencion de Cai Ruigong, que quiso despedir a su padre... de una forma muy especial.
Y es que el fallecido, Cai Jinlai, era todo un personaje. Gran aficionado a visitar clubes de alterne, en donde era de sobra conocido, tuvo mas de cien hijos, y uno de ellos, Cai, le hizo una promesa muy especial: aseguro a su padre que si vivía mas de cien años, contrataría una stripper para que bailase en su funeral... y cumplió.Quizá motivado por la promesa de su hijo, el señor Jinlai se las arreglo para aguantar hasta los 103 años, que fue cuando falleció después de caminar mas de cinco kilómetros para ir a votar. Era la persona mas anciana de la localidad de Taizhong, en Taiwan.
Como el padre cumplió .. su hijo hizo lo propio, y contrato a una bailarina exotica por mas de 120 euros, para que bailase durante 10 minutos en la ceremonia del velatorio. Seguramente si el fallecido levantase
la cabeza... lo hubiera agradecido, y mucho!