Hachiko
No cabe duda: Esta es la mejor historia de lealtad animal que se haya registrado en toda la Historia de la Humanidad. Si hace siglos hubiere otra mejor que ésta, no fué registrada. Yo por mi parte no tengo un perro como mascota, así es que no tengo idea de lo que es la compañía de un perro ni mucho menos sé lo que se siente cuando un animalito te está demostrando su lealtad. No digo que esté mal tener una compañía como ésta, al contrario; Pienso que los perros en especial demuestran una "amistad" mucho de más calidad que la que puede brindar un Humano.
El principio.
Resulta que Hachiko era un perro de Raza Japonés y fué encontrado en la calle por un Profesor de la Universidad llamado Ueno. Obviamente el perro estaba extraviado por alguna razón que la historia no cuenta.De modo que el perro estaba tirado y hasta parecía que estaba muerto.El profesor lo vio diferente y cargándolo, lo llevó hasta su hogar. Sin embargo, cuando llegaron a la casa, el profesor le acercó al perro un vaso con leche, y éste se reanimó. El profesor lo recogió en su regazo y notó que las piernas delanteras estaban levemente desviadas, por lo que decidió llamarlo Hachi (ocho en japonés) por la similitud con el Kanji (letra japonesa) que sirve para representar al número ocho (?).
En verdad el perro estaba destinado a la hija del profesor, quien prontamente abandonó la casa paterna al quedar embarazada y casarse para irse a vivir a la casa paterna de su esposo. Así, al comienzo, Hachi iba a ser regalado, pero el profesor pronto se encariñó con el perro al que adoraba enérgicamente.
Obviamente el perro también demostraba lealtad hacia el Profesor. Tanto era así que el perro lo despedía todos los días desde la puerta principal de la estacion del ferrocarril de Shibuya cuando Ueno iba al trabajo. Al final del día Hachiko regresaba al mismo lugar en la estación de Shibuya, para acompañarlo de regreso a casa. Incluso tras la muerte de Ueno en mayo de 1925, Hachiko volvió cada día a la estación del Ferrocarril a esperarle, y lo hizo durante los diez años que transcurrieron hasta su propia muerte.
La devoción que Hachiko sentía hacia su amo fallecido conmovió a los que lo rodeaban, que lo apodaron el perro fiel. En abril de 1934, una estatua de bronce fue erigida en su honor en la estación de Shibuya, y el propio Hachiko estuvo presente el día que se presentó la estatua. La estatua fue reutilizada a causa de la Segunda Guerra Mundial, pero se erigió otra estatua en agosto de 1947, que aún permanece y es un lugar de encuentro extremadamente popular, tanto que en ocasiones la aglomeración de gente dificulta el encuentro. Verdaderamente que la lealtad de Hachiko, fué tan conocida por miles de personas del mismo lugar y hasta de otros Países cercanos.Imagínense ustedes: -¿Donde nos vemos?--En la Estación del Ferrocarril--Pero ¿En qué lugar exactamente?--Pues ahí nos vemos en la Estatua de Hachiko-
¡Realmente todo un ejemplo de Lealtad!