Un hombre llamó por teléfono a su familia para descubrir que se encontraban en su funeral. Entonces, el muerto ¿quién es?
Dane Squieres, de Newfoundland, Canadá, llamó por teléfono a su casa despues de tres semanas de estar ausente. Al no encontrar a nadie en su casa, optó por llamar a un vecino. Afortunadamente el vecino se encontraba en su casa y se disponía a asistir a la funeraria donde lo velaban a él. Cuando se pudo comunicar con su hermana Trina le avisó que estaba vivo y que estaban por enterrar a un extraño. Cuando Trina le dijo al resto de la familia con quién estaba hablando todos creyeron que estaba loca.
La policía explicó que una hermana identificó el cuerpo del hombre arrollado por un tren en Toronto como perteneciente a Dane Squieres, un soldador retirado de 48 años. "Estuvimos llorándolo en Newfoundland, en Toronto y en todos lados. Estamos doblemente shockeados", relató su hermano Gilbert.
El Adios a un Grande Sandro
En los primeros años del rock, Roberto Sánchez, "Sandro" (19/08/45), todavía no se había inclinado por las baladas románticas que un par de años después lo lanzarían al estrellato. Sin embargo, ya había logrado cierta popularidad con algunos simples de puro rock and roll cantados en castellano y que lo habían llevado a presentarse en televisión, donde se lo conoció por su vestimenta a lo Elvis y sus movimientos pélvicos.
Los De Fuego eran cinco guitarristas: Roberto Sánchez, Enrique Irigoitía, Héctor Centurión, Armando Luján y Juan josé Sandri y se presentaban en festivales de colegios, concursos, bailes En uno de esos shows, el vocalista se negó a cantar un tema y fue Sandro quien se ofreció para pasar al micrófono.
Realizaron varias pruebas en compañías discográficas, pero fueron rechazados. De mucho insistir, Sandro logró registrar dos simples, sin su grupo: "¿A esto le llamas amor?" y "Dulce", que vendieron apenas dos mil copias. Los convenció de volver al estudio, pero con Los de Fuego. La primera grabación de la banda fue el 13 de noviembre de 1963 en los estudios CBS Columbia: "Hay mucha agitación", cover del hit de Jerry Lee Lewis. A partir de allí, comenzaría una carrera admirable: en total, grabó 52 discos y vendió 8 millones de copias ("Rosa, Rosa" alcanzó el millón y medio). Actuó también en 16 películas.
El desgaste de realizar hasta cinco shows por noche llevó a la disolución de Los de Fuego. Sandro cantó entonces acompañado por The Black Combo, editó algunos simples, un LP y abandonó el rock. Los Combos eran: Negro Orlando (guitarra), Adalberto Cevasco (bajo), Fernando Bermúdez (batería), Bernardo Baraj (saxo) y Miguel Abramic (percusión).
El Gitano se despegó de la rebeldía del rock original: su verdadero éxito estaba en lo romántico.
Lidió un duelo implícito con Palito Ortega: mientras el después Gobernador de Tucumán era el muchacho bueno, "el novio ideal para mi hija", Sandro representaba el amor salvaje, la pasión. Sus canciones más importantes son "Así", "Como lo hice yo", "Quiero llenarme de ti" y, por supuesto, "Rosa, Rosa". Su primer gran convocatoria fue durante los Carnavales de 1971, cuando cantó ante 60.000 personas en el estadio de San Lorenzo.
Cuando se produjo el viraje, los rockeros no dudaron en despreciarlo. Lo calificaron de "producto comercial", de "meloso" y, por supuesto, de "grasa". Años después, el ambiente lo reconocería como un grande: «Lo que más atrajo siempre fue su personalidad enigmática, la ceja levantada, el tembleque de sus labios y sobre todas las cosas... el misterio que lo envolvía» (Patricia Sosa en Noticias, 11/07/93).
«Sandro es un verdadero maestro del rock, y eso poca gente lo sabe, porque después se dedicó a otro género, que lo hace muy bien también. Sandro es un gran rockero, fue un gran maestro para todos nosotros», explica Javier Martínez (V.Pintos, pág 71).
Charly García y Pedro Aznar lo invitaron en 1990 a cantar en su disco "Tango 4". En la ocasión, revivieron un clásico de Los Shakers, "Rompan todo".
Luego de una larga enfermedad pulmonar, Sandro fue sometido a un doble transplante de pulmones y corazón, hacia fines de 2009. Permaneció internado en un sanatorio de Mendoza, donde murió la noche del 4 de enero de 2010.