Muerte por Decapitación
La decapitación es uno de los métodos más antiguos de ejecución. Mediante hacha o espada, en ambos casos requiere una gran habilidad por parte del verdugo, ya que cuando éste no es experto en su manejo es fácil que la ejecución se prolongue a base de los repetidos intentos de cercenar la cabeza del condenado, dando lugar a escenas dantescas. Unas agonías largas y dolorosas que, por otro lado, muchas veces no son accidentales:En Inglaterra, antes de la ejecución mediante la horca, la decapitación con hacha era el método comúnmente utilizado, al igual que en otros países europeos como Suecia o Dinamarca. Mientras, en Francia, Alemania, Holanda, Persia, Japón y China, la decapitación se llevaba a cabo con espada. En los países islámicos el uso de la espada también era habitual (en la actualidad, la decapitación sigue vigente en Arabia Saudí).
En la España medieval, era habitual la ejecución del condenado mediante el degüello, siendo decapitado posteriormente, una vez muerto, con el objetivo de poder mostrar la cabeza a la multitud congregada con motivo de la ejecución.
A finales del siglo XVIII, en Francia, la creciente repulsa a los espectáculos macabros en los que se convertían algunas ejecuciones, será el incentivo para buscar un método de decapitación más fiable: la guillotina. Con anterioridad, en Alemania, Holanda, Nápoles, Inglaterra y Escocia se habían usado ya en alguna ocasión máquinas parecidas a la futura guillotina, consistentes en una cuchilla pesada que al descender por unas guías decapitaba al reo.
Los doctores Joseph Ignace Guillotin y Antoine Louis, junto con el artesano y mecánico de origen alemán Tobías Schmidt, serán los protagonistas del desarrollo y la puesta en marcha de la guillotina en Francia. Guillotin ya propuso el uso de un primer prototipo en 1789. En 1792, Louis modificó la cuchilla horizontal por otra de forma oblicua, de mayor efectividad en el corte:
La Asamblea Constituyente adoptó su uso, y el primer ajusticiado, el mismo año, fue Jaques Pelletier (27 de mayo de 1792), condenado por robo con violencia. Luis XVI y su esposa María Antonieta fueron guillotinados, respectivamente, el 21 de enero y el 16 de octubre de 1973. Entre 1793 y 1794, durante el periodo del Terror revolucionario (desencadenado para frenar a los reaccionarios), en el que Robespierre tuvo un gran protagonismo, fueron ejecutadas 40.000 personas. El mismo Robespierre murió guillotinado el 28 de julio de 1794.
Durante estos años, la guillotina alcanza una enorme popularidad que se traduce en letanías revolucionarias, a imitación de las religiosa.